Cámara Torrelavega y Cinbesa trabajan junto a «Cantabria Futuro» en la definición de líneas estrategias firmes en busca del cambio obligado para la región

Cantabria Futuro es un proyecto al que Cámara Torrelavega y Cinbesa junto al Diario Montañés, Banco Santander y Territorio Rural Ineligente se han sumado. Esta iniciativa tiene el objetivo de crear un espacio de conversación entre miembros de diferentes ámbitos de la sociedad para aportar una visión 360º de las necesidades de nuestra región.

Foro abierto y participativo donde definir las líneas estratégicas

Cantabria Futuro no representa ningún color político, porque entendemos que el futuro de Cantabria, debe sustentarse en un proceso de “reinvención” que ponga foco en áreas estratégicas que, alineadas con las políticas y fondos europeos, permitan a Cantabria ser una región próspera económicamente y socialmente.

Es el momento de escuchar activamente al tejido empresarial de Cantabria. Un tejido empresarial, heterogéneo y dispuesto a seguir creando riqueza y empleo en nuestra región. La empresas, tienen que evolucionar desde su posición de actor pasivo que recibe las políticas públicas, a liderar un espacio que es fundamental para reflexionar, definir, y actuar para crear un futuro para nuestra región.

Según Carlos Augusto Carrasco, Presidente de Cámara Torrelavega, «la crisis del coronavirus ya ha cambiado el mundo y lo seguirá haciendo durante los próximos meses, probablemente años. Desde que la misma se originó, los casos de personas infectadas siguen aumentando y la sociedad y la economía no han dejado de notar sus efectos. Esta pandemia afectará a todos los rincones del planeta y por tanto a todos los agentes, entre ellos el sector empresarial».

La respuesta ha tenido que ser inmediata y ha obligado a que se movilicen a todos los actores del planeta para hacer frente a esta crisis sin precedentes en la historia reciente, y nuestra comunidad, como todas las demás nos lo ha exigido por igual. Esa reacción temprana desde la perspectiva empresarial es lo único que podrá evitar impactos mayores sobre las personas y los mercados. Las empresas han de jugar un rol de liderazgo para ayudar en la lucha contra la COVID-19. Una crisis bien gestionada puede convertirse en una herramienta de aprendizaje para situaciones futuras similares.

Todas las empresas saben que un buen líder debe mantener a su equipo unido y motivado en cualquier situación, sin importar lo difícil que sea. Es la mejor manera de lograr efectividad. En un momento en que la mayoría de los países están luchando contra la pandemia, el papel que desempeñan las empresas en este escenario es esencial. Como actores clave en la economía, la responsabilidad social de las empresas es llevar a cabo una buena gestión empresarial y, sobre todo, garantizar la seguridad y la organización adecuada de todos sus empleados.

A medida que avancemos en la fase de recuperación de la crisis, los líderes resilientes deben impulsar los cambios de la mentalidad de «hoy» a la de «mañana» dentro de sus equipos, ya que ha quedado patente que esta cambiará. Habrá que analizar cómo el impacto de COVID-19, en el mercado y en la sociedad, ha generado incertidumbres significativas que necesariamente deben ser enfrentadas, e incluso utilizadas como una oportunidad para crecer y cambiar. En medio de esas incertidumbres, los líderes resilientes desde el ámbito empresarial deben ser alentados mediante la creación de confianza. Para hacer esto, deben comenzar anticipando qué éxito tendrá al final de la recuperación, cómo prosperará la organización a largo plazo, y luego guiar a sus equipos hacia ese objetivo.

Por todo ello se está viendo que son las empresas las que han de liderar la respuesta a la crisis debido a su alta capacidad de influencia y a su rapidez de adaptación, no solo sobre la organización, sino también sobre la comunidad empresarial en su conjunto, sobre los gobiernos y sobre la sociedad

Ahora, más que nunca, se necesitan líderes que, no solo se adapten al mundo, sino que puedan contribuir a mejorarlo. Sin duda, cuando esto acabe debe levantarse un nuevo liderazgo, con un conjunto de nuevas capacidades y competencias, marcado por el cambio comunicacional, motivacional e inspirador.

Esta situación ha supuesto que emerjan nuevos líderes, ya que estos se tienen que hacer más visible cuando existe un problema, reforzando su habilidad motivadora para hacer rendir emocionalmente a las personas.

El liderazgo empresarial es el que necesitamos para poder salir airosos de esta crisis, de hecho, una conclusión a la que debemos llegar es que a nivel empresarial tenemos que cambiar por completo las prioridades, los conceptos, hay que pensar en los trabajadores. Hay que ser flexibles, hay que ser rápidos y saber reinventarse. Estamos en una época completamente distinta, tenemos que cambiar todos los sistemas internos de las empresas, cómo nos ocupamos de nuestros trabajadores, cómo establecemos sus objetivos o su rendimiento, todo esto supondrá el ejercicio de un verdadero liderazgo, que ayudará no solo a las empresas, si no también a los ciudadanos.

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