Después de varios meses a la espera de una reunión con la Administración central, pospuesta inicialmente por la interinidad en que se ha movido el Gobierno en los últimos tiempos hasta el pacto de coalición entre PSOE y Podemos y, aplazada posteriormente ante la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus, este miercoles el Ejecutivo cántabro y Solvay conocieron de primera mano las intenciones del Ministerio de Transición Ecológica para ayudar a la fábrica de Barreda en su proceso de transformación energética para dejar de lado el empleo del carbón, un proyecto nuclear para poder garantizar el futuro del complejo torrelaveguense.
Tal y como avanzó este miércoles este periódico, el encuentro se celebró vía telemática y tuvo como principal interlocutora ministerial a la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, que dejó claro que el Ministerio se involucrará para buscar fórmulas que permitan a Solvay acometer esas inversiones fundamentales para su porvenir en Cantabria. Por parte de la química belga participó en el cónclave su director en España, Jorge Oliveira; mientras que desde el Gobierno cántabro lo hicieron el consejero de Industria, Francisco Martín, conocedor de primera mano de las tribulaciones que se ciernen sobre la factoría; y el vicepresidente autonómico, Pablo Zuloaga, promotor de la cita al estar Transición Ecológica bajo la gestión socialista.
Desde Solvay concluyeron la reunión moderadamente satisfechos con la predisposición ministerial en la figura de Aagesen, amplia conocedora de la materia energética y normativa que condiciona esa ansiada transición de la organización.
¿Cuál fue el planteamiento de la empresa durante la videoconferencia? Según ha podido saber este periódico, la compañía detalló su plan para instalar en su recinto industrial una caldera que funcione a base de CDR, esto es, combustble sólido recuperado, una tecnología eficiente y que reducirá las emisiones de CO2, según aduce Solvay. El proyecto, que ya está siendo tramitado por el Ejecutivo regional, es ahora mismo una de las herramientas más avanzadas del plan y supondría una inversión próxima a los 120 millones. En estas cuentas que la empresa lleva meses haciendo el coste del vapor de la caldera es un factor fundamental, por lo que reclamó al Ministerio ayuda para acometer la inversión. ¿Cuánto? Se puso como ejemplo un modelo similar implantado en una planta de Solvay en Francia, que obtuvo respaldo público por cerca del 30% del total. En cifras, extrapolando al coste de esa caldera CDR de Barreda, se ansían 40 millones.
Diversas fórmulas
La secretaria de Estado de Energía avanzó la indisponibilidad de ayudas directas de ese calibre, pero sí que ofreció diversas alternativas para que la química belga obtenga parte de ese dinero. La financiación podría proceder del ámbito de la economía economía circular y la reducción de residuos en vertederos. «Solvay es un buque insignia en Cantabria y en España; tenemos que protegerlo y ver de qué forma sigue siendo sostenible», sostuvo durante el encuentro. En mes y medio nueva reunión.
Como segunda pata, Solvay también pidió un regimen retributivo específico para implementar un cambio de la cogeneración actual de carbón por otra de gas. Martín, que llevó el peso del discurso cántabro en el encuentro, recordó que la solución «debe ser rápida», ya que el cambio debe estar completado antes de enero de 2025. Las administraciones deben ahora dar «el do de pecho» y estar alineadas en sus apoyos para salvaguardar los 3.500 empleos directos e indirectos que genera Solvay, empleo que para Cantabria es «de vida o muerte», dijo.
Además, Zuloaga avanzó que Aagesen apoyará al Gobierno de Cantabria a la hora de solicitar que la descarbonización de Solvay pueda acceder a las ayudas europeas a la transición energética, dado que todavía este asunto se está negociando y no está cerrado, sostuvo. En paralelo, apuntó que la crisis vírica podría abrir la posibilidad de incluir en el marco europeo a los combustibles del tipo CDR y nuevas ayudas.
Fuente: El Diario Montañés
